Pablo Apostol

2/28/2012

El Papa encomienda a la oración de los fieles los ejercicios espirituales de esta semanA


El desierto donde Jesús vive la experiencia de las tentaciones representa para el cristiano “un lugar de refugio y de amparo en el que se puede experimentar de modo particular la presencia de Dios”. Fue la reflexión de Benedicto XVI en el Ángelus del domingo 26 de febrero en la plaza de San Pedro. Por la tarde, en la capilla “Redemptoris Mater”, en el Vaticano, el Pontífice inició los ejercicios espirituales cuaresmales que concluirán el sábado 3 de marzo por la mañana.




Queridos hermanos y hermanas:
 En este primer domingo de Cuaresma encontramos a Jesús, quien, tras haber recibido el bautismo en el río Jordán por Juan el Bautista (cf. Mc 1, 9), sufre la tentación en el desierto (cf. Mc 1, 12-13). La narración de san Marcos es concisa, carente de los detalles que leemos en los otros dos evangelios de Mateo y de Lucas. El desierto del que se habla tiene varios significados. Puede indicar el estado de abandono y de soledad, el «lugar» de la debilidad del hombre donde no existen apoyos ni seguridades, donde la tentación se hace más fuerte. Pero puede también indicar un lugar de refugio y de amparo —como lo fue para el pueblo de Israel en fuga de la esclavitud egipcia— en el que se puede experimentar de modo particular la presencia de Dios. Jesús «se quedó en el desierto cuarenta días, siendo tentado por Satanás» (Mc 1, 13). San León Magno comenta que «el Señor quiso sufrir el ataque del tentador para defendernos con su ayuda y para instruirnos con su ejemplo» (Tractatus xxxix, 3 De ieiunio quadragesimae: ccl 138/a, Turnholti 1973, 214-215).
¿Qué puede enseñarnos este episodio? Como leemos en el Libro de la Imitación de Cristo, «el hombre jamás está del todo exento de las tentaciones mientras vive... pero es con la paciencia y con la verdadera humildad como nos haremos más fuertes que cualquier enemigo» (Liber i, c. xiii, Ciudad del Vaticano 1982, 37); con la paciencia y la humildad de seguir cada día al Señor, aprendemos a construir nuestra vida no fuera de Él o como si no existiera, sino en Él y con Él, porque es la fuente de la vida verdadera. La tentación de suprimir a Dios, de poner orden solos en uno mismo y en el mundo contando exclusivamente con las propias capacidades, está siempre presente en la historia del hombre.
Jesús proclama que «se ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios» (Mc 1, 15), anuncia que en Él sucede algo nuevo: Dios se dirige al hombre de forma insospechada, con una cercanía única y concreta, llena de amor; Dios se encarna y entra en el mundo del hombre para cargar con el pecado, para vencer el mal y volver a llevar al hombre al mundo de Dios. Pero este anuncio se acompaña de la petición de corresponder a un don tan grande. Jesús, en efecto, añade: «convertíos y creed en el Evangelio» (Mc 1, 15); es la invitación a tener fe en Dios y a convertir cada día nuestra vida a su voluntad, orientando hacia el bien cada una de nuestras acciones y pensamientos. El tiempo de Cuaresma es el momento propicio para renovar y fortalecer nuestra relación con Dios a través de la oración diaria, los gestos de penitencia, las obras de caridad fraterna.
Supliquemos con fervor a María santísima que acompañe nuestro camino cuaresmal con su protección y nos ayude a imprimir en nuestro corazón y en nuestra vida las palabras de Jesucristo para convertirnos a Él. Encomiendo, además, a vuestra oración la semana de ejercicios espirituales que esta tarde iniciaré con mis colaboradores de la Curia romana.

28 DE FEBRERO 2012


2/24/2012

SAN ANTONIO MARIA ZACCARIA



Fechas de las Ordenaciones de San Antonio Zaccaria 
De la investigación reciente del P.. Franco Maria Ghilardotti * ahora sabemos que él recibió: 


 1)   Subdiaconado el 19 de septiembre de 1928, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de Adviento. Hubo 30 candidatos a diversos órdenes: nueve para el subdeaconate, seis para el diaconado, ocho para el sacerdocio, tres de la tonsura, cuatro para las órdenes menores. Zacarías es el segundo en la lista de los subdiáconos. 
2)   el Diaconado el 19 de diciembre de 1528, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de invierno. El Notario Oldoini anuncia las ordenaciones como hecha para los demás, pero luego se deja en blanco las siguientes tres páginas, ya sea porque no recibió los nombres, o porque iba a hacerlo más tarde, o tal vez la lista de los diáconos se perdió. 
3 )   sacerdocio el 20 de febrero de 1529, Sábado de los Cuatro Días de Témporas de primavera. Se trata de una coordinación importante y espectacular, con 99 candidatos: 21 para el sacerdocio, de 26 años para el diaconado, 18 para el subdeaconate, 21 para las órdenes menores, y 15 para la tonsura. Zacarías es el tercero en la lista de aquellos a ser ordenados sacerdotes. Véase más abajo (imagen) el certificado de la ordenación  
Para las tres ordenaciones del obispo fue Luca di Seriate (Bergamo), que era sufragánea de la obispo de Cremona y Rávena, el cardenal Benedetto Accolti (que siempre estaba ausente), titular también de Duvno ( ERZEGOVINA), sufragánea de la diócesis de Spoleto. 
Las tres ordenaciones se llevó a cabo en la Capilla de San José, a lo largo de la pared izquierda de la Catedral de Cremona, la nave central. Es aquí donde Antonio María recibió todas las órdenes mayores y más probable es que también las órdenes de tonsura y Menores (6 de junio de 1528).  

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